martes, 11 de agosto de 2009

LOS ORIGENES PREHISPANICOS DE RINCÓN DE TAMAYO




Los pocos datos que se tienen por la tradición oral nos dicen que Rincón de Tamayo por su ubicación geográfica era el centro de reuniones de diferentes razas indígenas como la Tarasca, Chichimeca y Otomí. Además aquí vivieron un grupo de indígenas otomíes que estaban ubicados cerca del peñero, que fue el primer lugar habitado en Tamayo.
También se cree que en Rincón de Tamayo se realizaba uno de los grandes "tianguis" en el que los indígenas venían desde Michoacán (Tarascos), San Luis de la Paz y San Miguel de Allende (Chichimeca), y los Otomíes de aquí, igual que los de Apaseo y Querétaro.
Rincón de Tamayo estuvo habitado por diversas tribus de indios otomíes que se establecieron aquí ya que abundaban los manantiales para saciar la sed, además de tener cerca dos arroyos y tierras fértiles para el cultivo, además de ser lugares muy estratégicos para la defensa en caso de ataque. Eran muy buenos alfareros según los restos que se han encontrado en las cercanías del pueblo.

Los indígenas que habitaban en este valle estaban dispersos por varios lugares cercanos, unos de otros, ya que así lo indican los restos que existen, como son las ruinas piramidales, en un lugar llamado "La cruz de la peña", donde se encuentran unas pilas de piedra que se les conoce con el nombre de "cuisillos" y por otros restos en donde ahora se encuentran los tepetates y el arroyo del varal.
Algunas de las piezas encontradas en Tamayo tienen semejanzas con las encontradas en Chupicuaro, además a unos cuantos kilómetros se encuentra el poblado de Santa María del Refugio que es en donde abundan más los restos prehispánicos como: Ollas, figurillas y una cantidad enorme de entierros, por cierto, uno de esos entierros tiene una clara influencia teotihuacana que no se ha encontrado en ningún otro sitio arqueológico de Guanajuato, el entierro de influencia teotihuacana ya fue investigado y revisado por el INAH, además de aparecer este lugar en el “Atlas arqueológico” de la revista “Arqueología mexicana”, siendo considerado por los expertos como el sitio de mayor importancia prehispánica de Guanajuato en el periodo mesoamericano clásico temprano, ocurrido entre el 200 y 600 después de Cristo. Esto nos dice que probablemente existan en Rincón de Tamayo y sus alrededores un sin fin de tesoros arqueológicos que podrían resolver muchas dudas referentes a la historia prehispánica, pero no se le ha dado el interés, tanto a la preservación como a la investigación por parte de personas preparadas y expertas en el área.
En 1996 cuando se construía el colegio Anahuac en los terrenos cercanos al campo deportivo, al excavar para construir un deposito de agua se encontró un entierro prehispánico con una gran cantidad de vasijas y objetos personales de la persona sepultada, y así como en este sito en diversos lugares se han encontrado mas entierros, esto nos indica que ese sitio del campo deportivo fue un especie de cementerio indígena.

Aunque en la actualidad debido a la ignorancia y la poca preparación de la gente, las pilas de piedra o “cuisillos” fueron destruidas para utilizarlas en la elaboración de grava para la construcción, aunque según testimonios de gente que trabajo en ese momento en ese sitio aseguran haber visto gran cantidad de esculturas y bloques de pirámides labradas que fueron llevadas a la quebradora de la pedrera.

Por otro lado se han encontrado una gran cantidad de cerámicas en diversas excavaciones que se han hecho al azar descubriéndose: trastes burdos, objetos tallados de piedra, tepalcates de ollas de barro, flechas de obsidiana, figuras antropomorfas y un entierro indígena (los restos de un esqueleto con varias ollas de barro acompañado de ofrendas), pero muchos de éstos objetos los poseen particulares que se han quedado con ellos y que para parecer nuestro, deberían pertenecer a un museo regional.

En 1944, las personas vecinas realizaron las primeras excavaciones en diversos lugares, encontrando los restos de personas (las sepulturas de tipo indígena, sentadas en círculo con ofrendas), y una gran variedad de flechas, punta de lanza, cuchillo de obsidiana, objetos de piedra y barro. Las piezas de diferentes platos y vasijas están pintadas de diferentes colores principalmente el rojo, café y anaranjado. En el ex asilo de ancianos “Atardecer” del señor David Tamayo conservaba un pequeño museo una cantidad enorme de piezas arqueológicas que se han encontrado y que las ha coleccionado. Esperemos que en un futuro no muy lejano se apoye la construcción de un pequeño museo que resguarde estas piezas arqueológicas e históricas que se han encontrado, ya que algunas podrían ser consideradas como joyas prehispánicas. Tenemos la seguridad de que esta parte de la historia de Tamayo debe de ser resguardada y conservada para la posteridad, comenzando a hacer conciencia en la gente para que se preocupe por preservar su historia y la de nuestro pueblo, no dejando en manos de particulares esta parte esencial de nuestra memoria histórica, sino que quede resguardada en un recinto publico abierto para la investigación y exposición comunitario.

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